Las luces no deben deslumhrar por su resplandor. Conviene disimularlas.
La iluminación de una habitación debe ser discreta, lo que no quiere decir que su intensidad sea débil.
Los contrastes "luz y sombra" demasiado insistentes, suelen fatigar la vista; hay que mantener un ambiente suave, y acentuar la intensidad de la luz en algunos puntos determinados: lugar de trabajo, mesa del comedor, rincón de lectura, vitrina, ramo de flores, etc.
La iluminación puede ser incandescente o fluorescente. Su elección no debe dejarse al azar.
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