¿Inquilino, propietario?

Tal vez no le sea posible elegir entre una y otra solución; las dificultades actuales de alojamiento le impondrán a menudo una decisión que no habría tomado en otras circunstancias.

Al inquilino de una casa de apartamentos no le gusta, por principio, emprender obras de cierta importancia. Se limita únicamente a los trabajos de limpieza y a aquellas mejoras poco costosas de las que sacará un beneficio inmediato. Política de corto alcance porque en verdad un gran número de arriendos que tenían que ser transitorios, se han prolongado indefinidamente.

El inquilino, antes de iniciar obras de alguna consideración, deberá obtener el correspondiente permiso del propietario.

De todos modos, aun en el caso de que no pueda introducir modificaciones de importancia, le será indispensable realizar ciertos trabajos relacionados con la higiene más elemental: desinfección del piso si existen dudas acerca del estado de salud de los inquilinos anteriores, lavar las pinturas o proceder a su completa restauración, o empapelar.

Aparte de los trabajos de limpieza, siempre le será posible transformar en alacena una puerta falsa; suprimir una puerta vidriera entre el comedor y el salón y, al unir estas dos habitaciones, convertirlas en una espaciosa y agradable "sala de estar".

Si quiere ser propietario de su casa, no descuide ciertas precauciones, porque esta operación presenta algunos riesgos.

¿Es antiguo el edificio? Busque el consejo de un experto en la materia (estado del edificio, importancia de las reparaciones, gastos de conservación). Haga un estudio crítico del alojamiento... Si se halla todavía ocupado, los muebles, la tapicería, los cortinajes, las alfombras ocultan el verdadero estado del lugar y pueden crear ilusiones engañosas sobre la comodidad real de la vivienda. El visitar un piso vacio evita desagradables sorpresas ulteriores.

Piense que las reparaciones indispensables para el arreglo de un piso antiguo, amenazan con aumentar notablemente su precio; y aquello que al principio parecía ventajoso, una vez hechas las reparaciones puede resultar tan caro como un piso nuevo sin poseer todas las ventajas.

¿Va a comprar a la vista simplemente de un plano? ¿Se construye por orden suya? De cualquier modo obre con cautela; rodéese también en este caso de toda clase de garantías financieras y técnicas.

El piso, comprado con sus ventajas e inconvenientes, es ya de su propiedad; a partir de este momento debe evitar las soluciones provisionales, parciales; adopte fórmulas definitivas, en función de su presupuesto, y ejecútelas, si es necesario, con urgencia.

Pero, aun siendo propietario, no podrá hacer cualquier clase de obras. En una casa de pisos (a menos que sea en la planta baja) no podrá eliminar las salidas de humos. Derribar un simple tabique, no exige precauciones particulares; no es un elemento sustentador. Pero debilitar una pared maestra, afectar a los cimientos de la casa, no se puede hacer sin el asesoramiento de los técnicos (arquitectos, contratistas) ni el consentimiento de los copropietarios, de lo contrario se arriesga a comprometer la solidez de todo el edificio y a tener que hacer frente a gastos importantes.

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