A gas: el calentamiento es instantáneo, pero los aparatos tienen que estar instalados con ciertas condiciones de seguridad: ventilación directa al exterior y evacuación de los gases quemados.
Eléctricos: El calentamiento es instantáneo. Los aparatos se fijan directamente a los grifos y calientan el agua según las necesidades; solución práctica, pero costosa.
Por acumulación: El agua queda depositada en grandes depósitos verticales, horizontales o esféricos que se fijan en la pared o se colocan sobre un soporte. Su período de calentamiento oscila entre dos y seis horas. Un termostato asegura una temperatura constante y la puesta en marcha y paro automático.
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