Trabaja usted fuera de casa, y pasa muy poco tiempo en su hogar; o bien sus ocupaciones se limitan a las tareas domésticas. Un verdadero escritorio le sería totalmente inútil; no obstante, siempre tendrá que escribir una carta u ordenar papeles. Un rinconcito tranquilo le será indispensable. ¿En dónde situarlo?
¿En la sala de estar? Es la peor solución, pero a falta de espacio, un pequeño secreter adosado a la pared le será muy práctico.
La alcoba, si sus dimensiones son suficientes, le permite la inclusión de un pequeño escritorio, o un secreter; o, también, disponer junto a la ventana un rincón de trabajo. Entonces, en silencio, podrá dedicarse a su correspondencia, o a resolver ciertos problemas: facturas, control de sus presupuestos.
Pero si trabaja en casa, no tardará en serle indispensable un cuarto "privado": los elementos de ordenación y el mobiliario adaptados a sus actividades, se harán necesarios.
0 comentarios:
Publicar un comentario