La instalación de un cuarto de baño no es bastante; prevea además, si le es posible, varios puntos de agua: lavabos individuales en el inodoro y en los dormitorios.
En el campo: ducha en los lavaderos, grifo exterior para el riego del jardín, para el lavado del coche, etc.
No economice en la calidad; estos aparatos tienen que durar mucho tiempo.
Elija modelos de formas sencillas, prácticas, de ángulos romos, sin recovecos de limpieza difícil. El color ha de ser agradable: azul, rosa, amarillo, verde, gris. En cambio, los aparatos adornados, de formas rebuscadas, no son aconsejables; esas fantasías, siempre costosas, pasan de moda muy rápidamente. Los revestimientos de las paredes y la ropa de baño pueden aportar la nota alegre.
Los grifos: destinados a la distribución del agua en cualquier minuto del día y de la noche, tienen que ser de excelente calidad, fácilmente manejables y de forma que posibiliten la limpieza cotidiana.
El revestimiento de los aparatos: las bañeras corrientes destinadas a ser empotradas, deben recibir un revestimiento exterior: baldosines de mayólica, azulejos, mosaico vidriado o, más sencillamente, cuarterones de laca o laminados. En cualquier caso, no descuide la trampilla de control de las cañerías.
Los revestimientos: las paredes, al igual que el suelo del cuarto de baño, tienen que ser lavables y estar construidos con materiales que resistan a la humedad y al calor. A tal efecto, los revestimientos murales de mayólica, azulejos, pasta vidriada, marmoli-ta, acero esmaltado y mármol, serán utilizados en todos aquellos lugares particularmente expuestos a las salpicaduras del agua, es decir, alrededor de la bañera, de la ducha y del lavabo. Son preferibles a la pintura, por bueno que sea el esmalte empleado.
La instalación está completa con la adición de los accesorios indispensables: jabonera empotrada, toalleros, espejos...
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