En la ciudad, en el campo, en un edificio nuevo, en un piso antiguo, en una casita particular o en una granja espaciosa... o, sencillamente, en un simple estudio.
Sea cual fuere este hogar, representará cierta superficie, cierto volumen que necesitará organizar, adaptar a sus menesteres, a sus actividades; deberá no sólo satisfacer sus exigencias materiales, sino responder también a sus aspiraciones estéticas. El apreciar las ventajas de lo nuevo, el rejuvenecer lo viejo, paliar los inconvenientes de lo uno y lo otro, saber sacar provecho de la comodidad allí donde exista, crearla en donde no exista, todo ello exigirá muchas reflexiones y a menudo el valor de romper con tradiciones, con costumbres que no concuer-dan ya con nuestro modo de vivir.
0 comentarios:
Publicar un comentario