Deberá inclinarse por aquellos revestimientos de suelos cuyo cuidado sea muy sencillo. Encerados, barnizados o lavables; se le brinda una gran variedad, desde el plástico hasta los materiales naturales: madera, piedra, ladrillo. La elección depende de su presupuesto, pero también del carácter de la habitación.
El recibidor: aun protegido por una buena estera, es el lugar más castigado de la casa. En el campo, adopte un revestimiento lavable, embaldosado (piedra, baldosa, mármol) o plástico.
En la sala de estar, las mismas razones determinarán una elección semejante. Si es una continuación de la entrada, adoptará el mismo material, y esta unidad del suelo dará la impresión de espacio. Unas alfombras cómodas situarán el rincón de reposo, y una alfombra más ligera delimitará el rincón-comedor y evitará el ruido de las sillas en el suelo.
En la ciudad, las soluciones que suelen adoptarse, son los parquets tradicionales o encolados, o la moqueta, siempre más cómoda. También aquí las diversas zonas quedarán delimitadas por alfombras.
En el cuarto de baño, en la cocina, en el inodoro, suelos lavables e impermeables. Prefiera el gres o los ladrillos a cualquier otro material. Los encolados no son recomendables. Recurra a zócalos apropiados que eviten la juntura defectuosa pared-suelo.
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